“Ulises nunca dijo que el canto de las sirenas fuera hermoso. Ulises, el único humano que escuchó el canto que hace morir sin morir, dice, para caracterizar el canto de las sirenas, que ese canto ‘llena el corazón del deseo de escuchar´»
Pascal Quignard
«SEREAS (Oda Ludita) es un encargo del Festival RESIS inspirado por el levantamiento que tuvo lugar en la Fábrica de Tabacos de A Coruña en 1857 cuando las trabajadoras se revelaron tirarando las máquinas recién adquiridas al mar. El trabajo se centra en la relación crítica y paradójica con la tecnología, los modos de producción y la resistencia frente a un capitalismo tecnológico que persigue incrementar la concentración de bienes de producción en lugar de redistribuirlos.
Escrita para soprano, voz hablada, acordeón, cello, percusión y electrónica, y basada en los textos escritos por Alba Cid para la ocasión, dialoga con un dispositivo formado por seis sirenas mecánicas, voces artificales que recuerdan las sonoridades de la sirena de la propia fábrica, un hito del paisaje sonoro de la ciudad que todavía permanece en la memoria y el imaginario de muchas personas.
Como instrumento, este set de sirenas forma parte de la partitura y puede controlarse manualmente para generar diferentes armonías complejas, glissandos y batimentos, permaniciendo después del concierto en formato de instalación sonora activada cuando los visitantes fichan en una máquina de registro horario de empresa que, en este caso, controla el tiempo «improductivo» que se ha dedicado a la escucha».
Pascal Quignard
«SEREAS (Oda Ludita) es un encargo del Festival RESIS inspirado por el levantamiento que tuvo lugar en la Fábrica de Tabacos de A Coruña en 1857 cuando las trabajadoras se revelaron tirarando las máquinas recién adquiridas al mar. El trabajo se centra en la relación crítica y paradójica con la tecnología, los modos de producción y la resistencia frente a un capitalismo tecnológico que persigue incrementar la concentración de bienes de producción en lugar de redistribuirlos.
Escrita para soprano, voz hablada, acordeón, cello, percusión y electrónica, y basada en los textos escritos por Alba Cid para la ocasión, dialoga con un dispositivo formado por seis sirenas mecánicas, voces artificales que recuerdan las sonoridades de la sirena de la propia fábrica, un hito del paisaje sonoro de la ciudad que todavía permanece en la memoria y el imaginario de muchas personas.
Como instrumento, este set de sirenas forma parte de la partitura y puede controlarse manualmente para generar diferentes armonías complejas, glissandos y batimentos, permaniciendo después del concierto en formato de instalación sonora activada cuando los visitantes fichan en una máquina de registro horario de empresa que, en este caso, controla el tiempo «improductivo» que se ha dedicado a la escucha».
